Pensando en Voz Alta , presenta la lectura de:
El Paraíso de Zaratustra.
"La tierra sigues estando virgen y a disposición de las almas grandes. Todavía quedan muchos asientos vacíos para los que están solos, aunque vivan con su pareja, para quienes sopla la brisa perfumada de los silenciosos mares. ¡Existe una vida libre a disposición de las almas grandes! Quien posee muy poco no corre el peligro de que lo posean a él. ¡Alabada sea pues la pobreza sencilla! Ahí donde acaba el estado comienza la vida del hombre que no está de más, la canción que suena para los que son necesarios, la melodía única e insustituible. Pongan pues sus ojos, hermanos, allá donde acaba el Estado. ¿Acaso no pueden verse más allá los arcos tendidos hacia el superhombre?
Así habló Zaratustra.
Hasta la próxima.
Ernesto Casas.
El Paraíso de Zaratustra.
"La tierra sigues estando virgen y a disposición de las almas grandes. Todavía quedan muchos asientos vacíos para los que están solos, aunque vivan con su pareja, para quienes sopla la brisa perfumada de los silenciosos mares. ¡Existe una vida libre a disposición de las almas grandes! Quien posee muy poco no corre el peligro de que lo posean a él. ¡Alabada sea pues la pobreza sencilla! Ahí donde acaba el estado comienza la vida del hombre que no está de más, la canción que suena para los que son necesarios, la melodía única e insustituible. Pongan pues sus ojos, hermanos, allá donde acaba el Estado. ¿Acaso no pueden verse más allá los arcos tendidos hacia el superhombre?
Así habló Zaratustra.
Hasta la próxima.
Ernesto Casas.
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